Hoy también quería hablaros de un tema a mi parecer un tanto importante. Hace unas semanas se nos dio a ver un vídeo llamado el Experimento de Milgrim, en el que se le obligaba a una persona a ejecutar acciones que iban en contra de su voluntad. El experimento consistía en lo siguiente: En una sala se repartían dos roles: el de estudiante y el de profesor. El estudiante era llevado a otra sala, mientras que al profesor (que en realidad era un actor) se le conectaba a una máquina para que recibiera descargas eléctricas cada vez que respondiera equivocadamente a una serie de preguntas que debiera hacerle el estudiante.
En la otra sala, donde se eocntraba el estudiante, se le puso delante una serie de cuestiones para que fuesen planteadas al profesor. Cada vez que éste respondía mal, el estudiante debería accionar un mecanismo por el cual cada respuesta fallida incrementaba en 15V la descarga eléctrica que recibiría el profesor.
Lo que se intentaba medir con este experimento era hasta dónde llegaba la maldad de las personas, e incluso hasta dónde éramos capaces de obedecer simplemente por el mero hecho de que un extraño nos lo dijera.
A mi parecer, este experimento lleva al límite de su voluntad a las personas a las que están siendo sometidas al mismo. Sin embargo, posteriormente, he de mencionar que a estas personas, tras haber finalizado el experimento, se les era mostrado el actor, con el rol de profesor, que en ningún momento había recibido daños, al no estar conectado, simplemente emulando las voces o gritos de dolor que podría sufrir una persona cuando recibe una descarga eléctrica que va aumentando de intensidad.
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